lunes, 6 de marzo de 2017

Sydney

Aunque en general no se utiliza el término ría para describir a Sydney sino que se utiliza puerto (harbour), la ciudad se ha ido desarrollando y ha crecido alrededor de la inmensa ría al igual que sucedió el Bilbao. Pero con la diferencia que la ría de Sydney consta de numerosas entradas y salidas al estilo de las Rías Baixas y Altas de Galicia.

El centro histórico y financiero se sitúa aproximadamente a 7 kilómetros de la costa, a 20 minutos en barco, y es ahí donde se ubican el gran puerto, el titánico puente de acero y el famoso icono de la ciudad Opera House, obra del arquitecto danés Jorn Utzon. En esta zona confluyen el río y el mar y por dicho motivo se le denomina la bahía de Sydney. Dentro de dicha bahía, también podemos encontrar el puerto de Darling, el puerto del parque de atracciones Luna Park y la bahía Lavender. A partir de la bahía de Sydney, la ría se amplía de tal forma que el resto de 7 kilómetros parecen más bien mar que río.

El puerto es de gran afluencia tanto nacional como internacional. Todos los días pasan por el mismo, cruceros que llevan a cabo distintos recorridos por el mundo. Asimismo, muchos de los habitantes de Sydney utilizan el barco como medio de transporte para ir de una parte de la bahía a otra o para ir a otros de los puertos que están ubicados en los aproximadamente 21 kilómetros de ría. El río Parramatta inicia a ensancharse precisamente en el barrio de Parramatta. Desde allí hasta la costa hay barcos que recorren toda la ría. Hay una infinidad de puertos puesto que son muchas las entradas y salidas del río y el recorrido es de dos horas.

Para los turistas o aquellos que entre semana no utilizan el barco, el domingo es el mejor día para recorrer la bahía o la ría ya que por sólo 2,50 dólares australianos se pueden coger todos los barcos que se quiera. Para utilizar el transporte público en Sydney se necesita la tarjeta Opal y los domingos sólo se paga el primer viaje sea de tren, de autobús o de barco siendo el resto de los viajes gratuitos.

El puente en arco de la bahía de Sydney de acero, se construyó desde 1923 hasta 1932. Mide unos 1100 metros de largo, 20 metros de ancho y tiene una altura de 134 metros. El puente es la unión del centro de la ciudad con el norte. El puente se puede atravesar en tren, en vehículo a motor, en bicicleta y caminando. Las vistas desde el puente son espectaculares ya que se puede vislumbrar toda la bahía a la vez que se pueden avistar los rascacielos de la ciudad financiera.

Opera House
La obra de arte del arquitecto Jorn Utzon también se puede ver desde el puente aunque merece la pena pasear por el puerto y llegar caminando hasta la Opera House. Se empezó a construir en 1959 y en aquella época, el estilo arquitectónico expresionista de aquella obra era algo insólito. Su estructura es de hormigón y la forma que adquiere este teatro auditorio es de la de un grupo de conchas. Las “cáscaras de las conchas” las componen los tejados en forma triangular y están recubiertos con baldosas blancas. Las “conchas” son unas cristaleras que le dan al edificio ese toque de teatro. La Opera House se encuentra situada a la izquierda del jardín botánico en donde las vistas a la ciudad también son bonitas. 
The Rocks

Desde el puerto y la Opera House se puede acceder a los altísimos rascacielos de la ciudad, a High Park, al centro histórico The Rocks y al ayuntamiento. Nunca he estado en New York o Hong Kong pero cada vez que paseo entre los edificios tengo la impresión de encontrarme en esas grandes urbes. The Rocks es lo poco que queda de la antigua Sydney. Allí, todavía se pueden ver casitas bajas, al estilo inglés-europeo y un museo arqueológico con las ruinas de algunas de esas casas ya desaparecidas.

No obstante, en las áreas residenciales todo son casas bajas, en general casas individuales de no más de dos-tres pisos. Y uno parece encontrarse un poco en medio de la jungla debido a la vegetación que las rodea y al sonido continuo de una infinidad de aves, de las que abundan las gaviotas.

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