jueves, 30 de octubre de 2014

No hay nada como ir a una ciudad de mar...


               Cuando se vive en una urbe como Londres y se echa de menos la brisa del mar. Esa ciudad es Brighton. Para la mayoría de los habitantes londinenses, suele ser una escapada o excursión obligada para desconectar debido a su cercanía y su buena conexión con el tren. 

Brighton es atractiva en cuanto a su mezcla de estilos. Es una típica ciudad pesquera que pasó a tener su toque elegante cuando en el siglo XIX tras la llegada del ferrocarril, comenzó a crecer y a ser visitado por la aristocracia. Es una ciudad dinámica, llena de arte, en la que hay espectáculos y eventos culturales durante todo el año.

•    Son de visita obligatoria el exótico Palacio real, Royal Pavilion, un edificio de estilo neo-oriental y que personalmente llamo el pequeño Taj Mahal (a pesar de no haber estado en India) construido para George IV como lugar de retiro ;  así como las calles centrales de la urbe denominadas “The Lanes”. En ellas, hay tiendas y comercios exclusivos y tradicionales así como pubs al estilo inglés que llaman a la curiosidad y a ser "visitados por dentro".

Tampoco se debe dejar la ciudad sin haber pasado por  el  largo paseo marítimo. Uno puede optar por pasear por la parte de arriba en donde se ubican los diferentes edificios señoriales, o por la parte de la playa, en donde se ubican las típicas casetas de playa de colores y en donde proliferan los puestos, bares y restaurantes, así como tiendas que venden pescado fresco. 

      En una parte del paseo se encuentran el Sea Life Centre, el más antiguo de los acuarios del país, así como el famoso muelle Brighton Pier. Es un muelle que se adentra en el mar y que alberga un parque de atracciones muy antiguo pero todavía en funcionamiento (para los que lo conocemos, un parque de atracciones tipo el de Donostia-San Sebastián). Un lugar agradable por el que pasear se deleita con el mar y con los puestos de dulce, algodón de azúcar o el famoso dulce The Brighton Rocket.