jueves, 23 de marzo de 2017

Cuando calienta el sol…

Aquí en la playa… Es lo que tiene el hemisferio sur: las estrellas que se ven por la noche son diferentes y las estaciones del año son las contrarias a las del norte. Por lo que en enero, febrero y marzo se va a la playa. Bueno, si el tiempo lo permite claro. Hace justo un mes empezó a llover torrencialmente y sólo ha habido dos días buenos, el 11 y 12 de marzo. No obstante, a pesar de ello, quién me iba a decir que un 11 de marzo iría a la playa.

Watsons Bay
Si de algo se caracteriza Sydney es de sus innumerables playas, puertos y acantilados que la rodean. El océano Pacífico que baña la costa en general lo hace con virulencia por lo que las olas son de gran altura y fuerza. De ahí que Australia sea un destino conocido y escogido por los surfistas. Lo cual no quiere decir que haya playas tranquilas en las que bañarse.

Los paisajes en el mar, las playas y acantilados son muy parecidos a los del Mar Cantábrico con la diferencia que en Sydney se entremezclan la vegetación del clima Atlántico y del Mediterráneo. Proliferan los árboles de ambos climas y especialmente abundan los pinos mediterráneos.

La ciudad, se encuentra dividida por la ría o bahía de Sydney como expliqué anteriormente, dando lugar así a Sydney del norte y del sur. Cuando los ciudadanos se refieren a sus playas, hablan de las playas o del norte o del sur porque son muchas. Pero hay dos largas playas muy famosas en la ciudad: Bondi y Manly.
Manly
Bondi Beach

Bondi se encuentra ubicada en la zona sur y Manly en la norte. Ambas son muy amplias y tienen también espacios verdes para tomar el sol o comer una barbacoa, una actividad que les gusta mucho a los ciudadanos. Las dos playas son aptas para practicar surf mucho más que para darse un chapuzón. Los equipos de rescate trabajan a destajo ya que las corrientes se pueden llevar mar adentro a los bañistas. Sin embargo, la mayoría de las playas tienen una piscina natural creada en la orilla para nadar y no preocuparse por las corrientes o los tiburones en peligro de extinción que hoy en día apenas alcanzan la orilla porque en algunos puntos hay redes instaladas.


Para poder bañarse con tranquilidad hay playas a las que las olas llegan con menor intensidad y sus aguas son poco profundas. Es el caso de Shelly Beach, situada muy cerca de Manly, pasando a través del paseo marítimo. En el sur hay playas como Clovelly. Otras playas en las que se puede uno bañar porque las olas son medias son Balmoral (en el vídeo) en el norte y Coogee en el sur.



Para llegar hasta la costa norte, se puede acceder en autobús pero es más recomendable ir en barco porque se tarda menos y porque se pueden ver los aproximados 7 kilómetros de ría-costa y todos sus puertos. Desde el centro, en la bahía de Sydney, donde se ubican el Puente y la Ópera House, hay un puerto para coger los barcos hacia la costa. 

Los habitantes de Sydney utilizan con asiduidad este medio de transporte debido a que muchas zonas residenciales y laborales se encuentran situadas a lo largo de toda la ría-costa. Los precios son parecidos al del autobús y los domingos, se pueden coger todos los autobuses y barcos que se quiera pagando únicamente el primer viaje 2,50 dólares australianos.

Para acudir a las playas del sur, sí se accede en autobús.

El Tesoro: Acantilados y paseos

Lady Beach en Watsons Bay
Para poder gozar de vistas espectaculares, lo más recomendable es pasear a través de los infinitos acantilados o entre las playas. De esta forma se vislumbran el mar, las rocas y la vegetación.

Paseo entre Bondi y Coogee
Watsons Bay es de los más altos acantilados. Además, mientras se pasea por la península de Watsons Bay, uno puede encontrarse por el camino vistas a pequeñas playas paradisíacas, faros y olas que chocan contra las rocas al estilo del Paseo Nuevo de San Sebastián en España. A Watsons Bay se puede acceder en autobús aunque al igual que para Manly, lo más rápido y bonito es hacerlo en barco. Watsons Bay está en frente de Manly y ambos son los primeros en estar en contacto con el mar directamente.

Desde Bondi hasta Maroubra, hay varias playas y acantilados con maravillosas vistas al mar. Uno de los paseos más bonitos lo constituye el que va desde Bondi hasta Coogee.


El gran tesoro de Sydney es su costa. Y asimismo, la rica flora y fauna marina lo son. 

lunes, 6 de marzo de 2017

Cosas que pasan en Sydney

Bondi Beach
Es un puntazo encontrarte piscinas al lado del mar de muchas de las playas de Sydney. Puede que se diseñaran porque en ocasiones las corrientes son fuertes y no se puede nadar o porque antiguamente había muchos tiburones en el agua. Hoy en día apenas hay tiburones bien porque hay especies en peligro de extinción o bien porque hay colocadas unas redes en el agua para que no pasen a la parte más cercana de la orilla. 

Pero para puntazo el que haya una piscina olímpica al aire libre debajo del puente de la bahía de Sydney. Durante el mes de febrero, algunos de los días que no ha llovido, me parecía el lugar perfecto para nadar y reflexionar sobre la vida. Era mi lugar de meditación porque no me podía creer que existiera algo así. Las piscinas (también hay una piscina cubierta) se encuentran ubicadas en la parte norte del puente, al lado del parque de atracciones Luna Park y la bahía de Lavender.

El tópico de los canguros y koalas no va unido con Sydney sino con Australia ya que en Sydney no los hay. No obstante, son numerosos los pájaros que vuelan por la ciudad, especialmente en las zonas residenciales. Se posan en todos los árboles y tejados especialmente al amanecer y atardecer y continuamente se oyen una infinidad de cantos. De estas aves destacan las gaviotas, los magpies y los pavos. Lo que más admiro es que los australianos están muy unidos a la naturaleza y conviven con la flora y los animales de una manera que los europeos hemos olvidado.

Por las zonas residenciales, uno parece estar en una especie de jungla porque se oye continuamente a los pájaros, cigarras, grillos etc. Caminando se pueden ver de vez en cuando lagartijas, arañas o cucarachas. También es muy común ver en los árboles hacia la noche el marsupial denominado Possum o murciélagos enormes que por fortuna comen fruta y vuelan alto. 

En lo que a la fauna marina se refiere, también hay crustáceos que nunca había visto como langostinos negros o cangrejos azules. El mundo marino está mucho más poblado que en Europa. ¿Por cierto, habíais visto una sandía amarilla? 


Por otro lado, quería destacar que hay una especial sensibilidad hacia las personas que sufren alguna discapacidad. Por ejemplo, todos y cada uno de los semáforos peatonales están preparados para las personas ciegas. Asimismo, he podido ver en las noticias que no suceden tantas cosas como en Europa. Parece un lugar con un nivel de violencia menor. También hay una menor cantidad de indigentes -aunque por supuesto los hay.

Algo que también me llama la atención es que la gente se deshace de los muebles y los deja depositados en mitad de la calle. Todos los cacharros y muebles depositados los puede coger cualquiera por si los necesita. Es como un Ebay de toda la vida. No es mala iniciativa para promover la "R" de reutilizar pero estos artículos siempre corren el riesgo de mojarse si llueve. En Sydney tanto el sol como la lluvia se intercalan, Más o menos es similar el número de días al mes que hace sol y que llueve. Esa imagen paradisíaca quizá no lo sea tanto.

Sydney

Aunque en general no se utiliza el término ría para describir a Sydney sino que se utiliza puerto (harbour), la ciudad se ha ido desarrollando y ha crecido alrededor de la inmensa ría al igual que sucedió el Bilbao. Pero con la diferencia que la ría de Sydney consta de numerosas entradas y salidas al estilo de las Rías Baixas y Altas de Galicia.

El centro histórico y financiero se sitúa aproximadamente a 7 kilómetros de la costa, a 20 minutos en barco, y es ahí donde se ubican el gran puerto, el titánico puente de acero y el famoso icono de la ciudad Opera House, obra del arquitecto danés Jorn Utzon. En esta zona confluyen el río y el mar y por dicho motivo se le denomina la bahía de Sydney. Dentro de dicha bahía, también podemos encontrar el puerto de Darling, el puerto del parque de atracciones Luna Park y la bahía Lavender. A partir de la bahía de Sydney, la ría se amplía de tal forma que el resto de 7 kilómetros parecen más bien mar que río.

El puerto es de gran afluencia tanto nacional como internacional. Todos los días pasan por el mismo, cruceros que llevan a cabo distintos recorridos por el mundo. Asimismo, muchos de los habitantes de Sydney utilizan el barco como medio de transporte para ir de una parte de la bahía a otra o para ir a otros de los puertos que están ubicados en los aproximadamente 21 kilómetros de ría. El río Parramatta inicia a ensancharse precisamente en el barrio de Parramatta. Desde allí hasta la costa hay barcos que recorren toda la ría. Hay una infinidad de puertos puesto que son muchas las entradas y salidas del río y el recorrido es de dos horas.

Para los turistas o aquellos que entre semana no utilizan el barco, el domingo es el mejor día para recorrer la bahía o la ría ya que por sólo 2,50 dólares australianos se pueden coger todos los barcos que se quiera. Para utilizar el transporte público en Sydney se necesita la tarjeta Opal y los domingos sólo se paga el primer viaje sea de tren, de autobús o de barco siendo el resto de los viajes gratuitos.

El puente en arco de la bahía de Sydney de acero, se construyó desde 1923 hasta 1932. Mide unos 1100 metros de largo, 20 metros de ancho y tiene una altura de 134 metros. El puente es la unión del centro de la ciudad con el norte. El puente se puede atravesar en tren, en vehículo a motor, en bicicleta y caminando. Las vistas desde el puente son espectaculares ya que se puede vislumbrar toda la bahía a la vez que se pueden avistar los rascacielos de la ciudad financiera.

Opera House
La obra de arte del arquitecto Jorn Utzon también se puede ver desde el puente aunque merece la pena pasear por el puerto y llegar caminando hasta la Opera House. Se empezó a construir en 1959 y en aquella época, el estilo arquitectónico expresionista de aquella obra era algo insólito. Su estructura es de hormigón y la forma que adquiere este teatro auditorio es de la de un grupo de conchas. Las “cáscaras de las conchas” las componen los tejados en forma triangular y están recubiertos con baldosas blancas. Las “conchas” son unas cristaleras que le dan al edificio ese toque de teatro. La Opera House se encuentra situada a la izquierda del jardín botánico en donde las vistas a la ciudad también son bonitas. 
The Rocks

Desde el puerto y la Opera House se puede acceder a los altísimos rascacielos de la ciudad, a High Park, al centro histórico The Rocks y al ayuntamiento. Nunca he estado en New York o Hong Kong pero cada vez que paseo entre los edificios tengo la impresión de encontrarme en esas grandes urbes. The Rocks es lo poco que queda de la antigua Sydney. Allí, todavía se pueden ver casitas bajas, al estilo inglés-europeo y un museo arqueológico con las ruinas de algunas de esas casas ya desaparecidas.

No obstante, en las áreas residenciales todo son casas bajas, en general casas individuales de no más de dos-tres pisos. Y uno parece encontrarse un poco en medio de la jungla debido a la vegetación que las rodea y al sonido continuo de una infinidad de aves, de las que abundan las gaviotas.