jueves, 21 de mayo de 2015

Con el arte hemos topado

Hace dos años que tuve la suerte de conocer la ciudad italiana de Florencia o Firenze. Estaba esperando un hecho al que poder unirlo para poder escribir este post, pero un aniversario también es una buena escusa para ello. Por fin visité aquella ciudad que anhelaba conocer ya que todos los libros de texto escolares la mencionaban cuando nos tocaba trabajar el arte y arquitectura. 

            Me maravillé desde el inicio ya que el primer punto de visita fue subir al mirador Piazzale Michelangelo. Desde allí se puede ver la imagen completa de la ciudad y deleitarse desde lejos de su arte y belleza. Esta localidad que cuenta con alrededor de 370.000 habitantes es preciosa, tanto desde fuera, como cuando se está paseando por sus calles de piedra.

            No es para menos que esta localidad capital de la Toscana aparezca en los manuales. La ciudad alberga el arte por doquier. El centro histórico constituye una belleza refinada levantado sobre sus suelos de piedra perfectamente alienados. Todavía hoy se palpa lo que en su día sería una ciudad rica y próspera en el periodo del Renacimiento bajo el dominio de los Medici.

            De Firenze cabe destacar La catedral de Santa Maria del Fiore así como su majestuosa cúpula de Filippo Brunelleschi como muestra del arte en mayúsculas que dejan a uno boquiabierto. Aquel día no podía dejar de admirar una y otra vez la catedral desde sus distintos ángulos. Ofrece una imagen pictoresca ya que el monumento utiliza colores vivos como el verde o rosáceo y los combina con el blanco mármol. Su fachada es también característica puesto que cuenta con tres puertas de bronce.

             El río, al igual que otras muchas localidades, es una de sus atracciones más espectaculares. Y más que el propio río Arno, lo es su puente Ponte Vecchio (Puente Viejo). Se trata de uno de los puentes de piedra más antinguos de Europa y que conserva casas colgantes encima del mismo. Construido en el siglo XIV, fue lugar de vivienda de carniceros y matarifes aunque Fernando I alegó que desde el puente se desprendía el mal olor de la carne y prohibió que continuaran allí asentados. Actualmente, estas viviendas se han convertido en joyerías y tiendas exclusivas llamativas para los turistas.
Además de Ponte Vecchio, otro de los símbolos de la ciudad es la obra de arte “David” de Miguel Ángel (Michelangelo Buonarroti) que se encuentra ubicada dentro de la Galería de la Academia de Florencia en la plaza de la Señoría (en la plaza hay una réplica). Además, para los amantes del arte, está el palacio Galería Uffici en donde se encuentran muchas de las obras de arte de la historia. Hay diferentes salas dedicadas a autores como Boticelli o Giotto di Bondone. A pesar de que la ciudad pueda verse en un día, para poder visitar todo el museo Uffici se necesita otro día.  

             Firenze también cuenta con muchas pequeñas pastelerías o chocolaterías y es famosa por su solomillo. Su plato típio se denomina “Bistecca alla Fiorentina”. Este solomillo de ternera o buey contiene un espesor grueso e incluye el hueso (en forma de T). Se realiza a la parrilla y se suele sazonar con aceite de oliva y pimienta negra.


              Si algo caracteriza a Roma y Firenze es que en ambas se tiene la sensación de viajar en la historia. Son ciudades bucólicas que merece la pena visitar.