viernes, 24 de mayo de 2013

La ciudad de los contrastes



Italia de norte, del centro y del sur son diferentes, al igual que en España. En Italia, como norma general el norte es más rica económicamente y es más ordenada. A medida que se va descendiendo hacia el sur estas características van cambiando. Y estar en Nápoles es encontrarse en un lugar sin ley y en el caos. Es adentrarse en lo que uno podría imaginarse un país en desarrollo (no olvidemos que son países en desarrollo porque los países “desarrollados” han provocado tal situación). Esta ciudad del sur de Italia de alrededor de 1 millón de habitantes y ubicada a dos horas en coche de Roma, es caos, es suciedad aunque también es artesanía, gastronomía e historia.

Históricamente tuvo una gran influencia española y de ahí que existan el barrio español o calles con el nombre de Toledo. El nombre de la calle se debe al virrey Pedro Álvarez de Toledo que la construyó en 1536. El centro histórico está lleno de contrastes que dan a Nápoles un punto de belleza particular ya que uno puede moverse entre edificios burgueses y palacios, como sucede en la Via Toledo, pero a la vez ver cables colgando, bocacalles muy estrechas, gente de todos los tipos y un poco de basura depositada de días atrás. Rebosa historia porque en las afueras se sitúa el yacimiento Pompeya y también porque en la propia ciudad hay una ciudad subterránea. Debajo de la Nápoles actual hay catacumbas así como galerías y bañeras termales. Hoy en día es sólo un museo pero en el pasado muchas de las calles estaban conectadas con esta ciudad subterránea. En la época romana los cristianos perseguidos se refugiaban en ella y también en la segunda guerra mundial se utilizó como refugio a los bombardeos.

Por otro lado, la artesanía también está muy ligada a la ciudad y no hay más que acercarse a calles como Via San Gregorio Armeno para comprobarlo. Se trata de una de las calles más peculiares de la ciudad precisamente por sus comercios tradicionales artesanales y por una estructura con un arco situada en la mitad de ésta. Otros de los puntos de interés son la Galería Umberto I, muy elegante arquitectónicamente, y la Plaza del Plebiscito. Se trata de una plaza de grandes dimensiones que cuenta con teatros, palacios y edificios de interés a su alrededor. En la propia plaza se encuentra la basílica neoclásica de San Francisco de Paula.


En lo que a la gastronomía se refiere, no podemos dejar de mencionar las pizzas, entre ellas la Margarita ni tampoco los dulces. Algunos de los postres más destacados son los pasteles denominados Sfogiatelle y Babà o la tarta llamada Pastiera. El ingrediente principal de la Sfogiatelle y la Pastiera es el queso Ricotta aunque el primero también se elabora con trozos de fruta confitada así como vainilla y canela. El Babà, se podría decir que es similar a los pasteles “borrachos” ya que está envuelto en licor. Curiosamente estos pastelitos de licor tienen forma de hongo.

La costa
En Nápoles pasear por la costa se hace imprescindible especialmente como contrapunto a la actividad ciudadana y para poder presenciar el volcán Vesubio. Pasear por la costa es agradable a pesar de que en esta parte de Italia no haya playas. Uno de los paseos más bonitos de la ciudad puede ser el que conduce al castillo del Ovo. Además, desde el centro de la ciudad se puede acceder a una colina mediante un funicular para poder presenciar las vistas al mar.

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