jueves, 23 de febrero de 2017

Mediterráneo tierra de pasión…

El clima de un lugar puede determinar en gran medida los estados emocionales de una persona. Se dice aquello de que cuando hace buen tiempo estamos más felices. Y a este pensamiento razón no le falta cuando puedes ir un día sí y otro también a la playa.


El buen tiempo que hace en las Islas Baleares hacen que Mallorca sea un destino muy querido por todos los Europeos. Y muestra de ello es que la isla está preparada también para los europeos, especialmente ingleses y alemanes. En septiembre tuve la oportunidad de estar 5 días y en todos ellos tuve sol y 30 grados.

Me pareció un destino ideal para vivir aunque hoy en día dicen que en agosto la isla está a rebosar de turistas. A pesar del gran número de visitantes que esta isla recibe, hay una infinidad de calas y playas con aguas cristalinas que escoger. Pero Mallorca no es sólo costa, Mallorca también tiene la Sierra de la Tramontana. Mallorca lo tiene todo.

Nosotros alquilamos un coche, que estaba en buen precio, y cada día nos acercábamos a una parte de la isla aunque nos encontrábamos alojados en la misma Palma. La propia capital desprende encanto a pesar de no tener playa (pero sí costa y puertos). El casco histórico y sus estrechas calles están hechos para recorrerlos, especialmente al atardecer. Gracias al buen tiempo veraniego, cuando se ponía el sol, el ambiente que emanaba la ciudad era acogedor. Había mucha vida por las calles, puestos, tiendas que vendían las típicas ensaimadas, queso de Mahón (Menorca) y sobrasada por doquier… También proliferaban los bares y restaurantes. Probamos uno de los platos típicos, el tumbet, un plato que lleva berenjenas, patatas, pimientos rojos y tomates fritos en rodajas. Otro paseo obligado para los atardeceres me parece el del paseo marítimo y el paseo en donde se encuentra ubicado el Palacio Real de la Almudaina construido en el siglo XIV. Es a través de estos puntos en donde se puede ver el mar.

Considero que mereció la pena haber alquilado el coche ya que hay muchos puntos de interés en esta isla balear y en una hora se puede recorrer de una punta a la otra. La Tramontana, muy transitada en invierno por ciclistas y esquiadores, tiene en sus faldas localidades como Sóller. Es un pueblo rodeado de montañas y el color verde. Una de las atracciones de Sóller es el tren de madera que transita por el centro de la localidad y que recorre varios pueblos más.

La parte montañosa a través de la cual se puede vislumbrar el mar se sitúa en la Alcudia, yendo desde el puerto de la Alcudia y pasando por el puerto de Pollença, hacia el Cabo de Formentor. Las vistas desde arriba son espectaculares y abajo, Formentor tiene mucha vegetación y playas paradisiacas.

Para playa paradisiaca no podía dejar de mencionar Es Trenc, muy cercana a Palma de Mallorca. Sus aguas son unas de las más cristalinas y cálidas de la isla.

Volviendo al hilo de las playas y calas, hay una infinidad de ellas que se van encontrando a medida que se va con el coche. En nuestro caso nos parábamos un rato a descansar y a nadar y otra vez volvíamos a coger el coche para acabar en una siguiente cala o playa. El encanto de todas ellas era la combinación de verde, rocas y aguas cristalinas. Recorrimos tantas que no nos acordamos de todos los nombres. Me acuerdo de la Cala Mondragó, que está ubicada dentro de un parque natural porque era una bonita mezcla de playa y calas con el bosque mediterráneo.

Uno de los lugares más bonitos también es Sa Calobra. Allí además de haber una cala, continuando con el paseo uno puede encontrar unas rocas de altura y una cueva para pasar a una mini playa. El encanto de Sa Calobra se sitúa detrás de la cueva ya que se puede vislumbrar un valle y un río rodeado de arena. Este río, en general en verano se encuentra prácticamente seco.


Nos quedamos con ganas de estar más tiempo ya que probablemente, hay más paraísos escondidos por la costa balear. También nos quedamos con la idea de que es un buen lugar para vivir. El dueño del Airbnb nos comentó que el invierno dura poco en aquella zona del mediterráneo por lo que, quién sabe si algún día volveré…

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