Si se tiene la oportunidad de ir al Reino Unido, una de las ciudades que merece la pena ver es la escocesa Edimburgo. Un lugar mágico en el que los edificios medievales de piedra conectan con el color del cielo grisáceo creando una atmósfera romántica que a su vez está amenizada por los sonidos de la música celta que en la calle se puede oír.
En los siglos XVI y XVII, la ciudad empezó a crecer hasta tal punto que sus habitantes vivían hacinados. Edimburgo estaba limitada por la peña volcánica que sobresalía en la ciudad y el Lago Norte, que se utilizaba para dar de beber a toda la población aunque también era el vertedero de excrementos. El número de habitantes empezó a crecer por lo que empezaron a construir más edificios por falta de espacio, especialmente, sobre los que ya existían de tal forma que en aquella época los edificios contaban con un número mayor de plantas que los de otras ciudades del país. Históricamente, fue un lugar insalubre provocado por el hacinamiento y las guerras civiles.
Ante tal situación, a finales del siglo XVIII se pensó en una renovación urbana para la ciudad. Se planificó lo que hoy se conoce como la 'New Town', Ciudad Nueva, a manos del arquitecto James Craig. El lago pasó a ser lo que son los Jardines de Princess Street y la parte nueva se configuró en frente de la vieja, ambas conectadas por el Puente del Norte o North Bridge. Hasta el siglo XX, Edimburgo fue una ciudad industrial pero poco a poco se ha ido convirtiendo en una ciudad servicial. Sin embargo, todavía hoy tienen importancia la elaboración de prendas de lana, del Whisky o de la cerveza. Son varios los museos ubicados en la calle Royal Mile.
Además de las bebidas alcohólicas como el Whisky, gastronómicamente Edimburgo es famosa por el 'haggis'. Se trata del hígado, corazón y pulmones del cordero embutido con la piel del estómago de éste. Antaño lo consumían las familias menos acaudalada pero hoy en día se ha generalizado entre su población. Respecto a los dulces, destacan las deliciosas galletas de mantequilla, llamadas Shortbread.
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