El agua es fuente de vida y también lo fue el río Tíber (Tevere
en italiano) en la Roma de antaño. Este río de 405 km de longitud, nace en los Apeninos y se trata del tercero más largo del país. Hoy en día,
únicamente se navega por cuestiones turísticas o deportivas pero tuvo fines
comerciales especialmente en la era romana. Aunque el río en sí no es un emblema de la
ciudad algunos de sus puentes y la Isola Tiberina (Isla Tiberina)
sí que son dignos de ver.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiH-flXJ3L922h3EAfttmxMCaG96L85r_3UGOWfgq8u23ZULLvjh1zn23OwAH9SR17nu0F-fMDwH3R23W78nlXcBLAKkGEv1HEZL9bj83LFrFIa1vzj9enYFT5lvQVtegPLcBRGF-eodr0n/s320/DSC_0164.jpg)
Nazzano
La belleza del Tíber también se aprecia antes de llegar a la
gran ciudad. El Tiber pasa por ejemplo por Nazzano, una localidad de la Región de Lazio de poco más
de 1000 habitantes, situada en una colina y rodeada de montes. En esta
localidad y durante todo el año existe la posibilidad de tomar una barca turística
a través de la cual se recorre un tramo del Tíber y se puede apreciar el
paisaje que confluye con el verde oliva del río.
Farfa
Son varios los pueblos pequeños que existen en esta área cercana al Tiber. Uno
de los enclaves más visitados cuando se aterriza en esta zona es La Abadía de Farfa. Se trata
de un monasterio medieval, rodeado de varias casas rurales de piedra que forman una pequeña aldea. El edificio
principal del monasterio es la basílica de Santa María de Farfa y se puede visitar durante el día.
Tanto para ir a Nazzano como para ir a Farfa existen visitas
guiadas aunque también es posible ir sin necesidad de contratar ningún tour.
No hay comentarios:
Publicar un comentario