Con la llegada de la primavera, la fundación italiana sin
ánimo de lucro denominada Fondo Ambiente Italiano (FAI) dedicada a la
conservación y respeto de la naturaleza, ha ofrecido una “jornada de puertas
abiertas” (aunque normalmente la entrada al parque cuesta 6 euros) a los
paseantes que quisieron deleitarse con la belleza natural que desprende el
parque Villa Gregoriana situado en la localidad de Tívoli.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvVRV84j1s6BY3GiKMsqb1VOrqiP2LcoqAyZZX8f6i6IZ-YqhqKg46ILr82sV0dKVpJ1KFwlKVrSOUCyNUZXmvzGuu9UQaqJMT8mklTLxZn1eYhuzLxY1lgeEez8CO_Q5KSJuQYYiDXK0-/s320/DSC_0402.jpg)
Esta población de alrededor de 55.000 habitantes que se
encuentra a 40 minutos en coche de Roma, es precisamente un lugar con encanto
gracias a la existencia de este parque “en pendiente” ubicado en las faldas del
Monte Catillo. El río Aniene, que es un afluente del Tevere, atraviesa la
localidad de Tívoli y es probablemente el gran protagonista de este peculiar
parque. Históricamente el río se desbordaba a su paso por la ciudad en las
épocas de lluvias que tienen lugar especialmente en invierno. Además, cabe
destacar que en 1826 falleció mucha gente cuando las inundaciones causaron el
derribo de algunos edificios. A consecuencia de este acontecimiento, en 1834 el
Papa Gregorio XVI
mandó crear al
arquitecto Clemente Folchi dos túneles en este monte con el fin de desviar el
agua monte abajo. Así, posteriormente se llevaron a cabo las obras de
remodelación del parque.
La cascada
Tras la construcción de estas dos galerías se puede decir
que una de las atracciones del parque hoy en día es su cascada de 120 metros,
especialmente cuando el caudal del río es más abundante. Sin embargo, no es la
única cascada existente ya que en toda la ladera del monte hay una serie de pequeñas
cascadas naturales que también brindan un toque de hermosura al parque.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM0X2vjABoRDNgIdVg5e2G8oWr6dm9m9MFtuvE5UUSuO98Et7SCZS3MDqXaoeCDruFoc1RLZMY0ab3PXxI8jyea07EQv2ffP9sYfpGprFGj5v7ZrR6eXAYVzZh3OSTewjnLdNep4gmgG0_/s320/tivoli+cascada.JPG)
Villa Gregoriana fue construida sobre algunas ruinas romanas
ya que el Imperio Romano también había dejado sus huellas en esta localidad
italiana. Asimismo, el parque se creó a los pies de la antigua acrópolis de la
ciudad. Es por todo ello que el parque alberga un gran valor histórico y
artístico a parte del sabido valor natural. En las faldas del monte uno se puede
encontrar con bosques, senderos y grutas naturales. Al tratarse de un parque a
desnivel existe una ruta para atravesar este parque. La ruta cuenta con vistas
espectaculares al valle creado por el río Aniene y al monte Belvedere situado
al otro lado del valle. El recorrido del parque termina en el Puente Gregoriano
y el templo de Vesta. Se trata de un templo romano de estilo corintio que aún
conserva parte de su arquitectura. Es sin duda, otro punto a través del cual se
puede admirar el paisaje natural.
Gracias a la
FAI el parque poco a poco va recuperando vida ya que no todo
el parque ha estado siempre abierto al público por motivos de suciedad.
Antiguamente se depositaban gran cantidad de residuos en esta pendiente del
monte por lo que la fundación se encarga de recuperar y mantener la belleza de
un parque natural para las próximas generaciones. Y es que Villa Gregoriana es
un rincón natural con historia que no se puede descuidar.
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